El proyecto KULG propone un nuevo espacio urbano en el corazón del puerto de Tallin, donde arquitectura e infraestructura se funden para redefinir la relación de la ciudad con el mar. La intervención aborda la construcción de la nueva Terminal A y su entorno inmediato, planteando un conjunto que equilibra funcionalidad, fluidez y experiencia urbana.
La idea arquitectónica parte de un reto: conciliar la libertad y la amplitud perceptible de un gran espacio público con la precisión y el control que exige un terminal internacional. El edificio principal se concibe como un volumen ligero y transparente, con un acceso porticado rotundo y atemporal que da paso a espacios interiores claros, cómodos y seguros. El diseño se orienta a guiar de forma intuitiva el movimiento de los viajeros, favoreciendo una experiencia lógica y serena desde el embarque hasta la llegada.
El nuevo complejo no se limita al edificio de la terminal. Se proyecta como un fragmento de ciudad contemporánea, donde conviven la terminal, un edificio de oficinas, un aparcamiento y un paisaje urbano abierto al público. El espacio exterior se articula en plazas, áreas verdes y zonas activas que buscan convertir este enclave en una de las áreas más atractivas del centro de Tallin. Un paseo lineal conecta la terminal con el resto del puerto, extendiendo la experiencia urbana hacia el mar y hacia la propia ciudad histórica.
El planteamiento urbano tiene en cuenta la llegada del tranvía, la conexión con la estación de ferrocarril y con la futura Rail Baltic, organizando una red de accesos clara, segura y libre de conflictos entre peatones, ciclistas y vehículos. El estacionamiento de turibuses, taxis y automóviles se integra bajo rasante o en volúmenes específicos, liberando la superficie para el uso ciudadano y garantizando una accesibilidad cómoda para todos los usuarios, incluidas personas con movilidad reducida.
La arquitectura del paisaje se convierte en parte esencial del proyecto. El espacio público se concibe como flexible, capaz de acoger tanto la vida cotidiana como eventos y actividades estacionales. Zonas de juego, pérgolas con vegetación, terrazas junto al canal y una cuidada estrategia de arbolado enriquecen la experiencia del paseo y abren la ciudad hacia el mar.
En términos constructivos, el conjunto combina soluciones contemporáneas y sostenibles: estructuras en madera laminada y CLT, apoyadas con acero y hormigón cuando es necesario, envolventes de alto rendimiento y cubiertas con paneles fotovoltaicos integrados. Todo ello para alcanzar el estándar de edificio de consumo casi nulo, optimizando la energía, el confort y la calidad ambiental interior.
KULG no es solo una terminal marítima: es una puerta de entrada a Tallin, un nuevo lugar de encuentro entre viajeros y ciudadanos, un espacio donde el mar, la infraestructura y la ciudad se entrelazan en un mismo gesto arquitectónico.