Kalasadama Hotel

El nuevo hotel se sitúa en un enclave privilegiado a los pies del centro histórico de Tallin y en el borde marítimo norte de la ciudad, a un lado del monumento Lina Hall y frente al Mar Báltico.
La idea de proyecto busca potenciar estas relaciones visuales y convertir el nuevo hotel en un objeto perfecto desde el que contemplar las mejores vistas de la ciudad.

Para hacerlo, el volumen se separa al sur del futuro bloque de cinco alturas que define el plan urbanístico generando en el edificio un sistema de terrazas de verano que iluminan estancias como el Spa o las salas de congreso. Este movimiento crea una fachada retranqueada y orientada al sur que mira hacia el centro histórico de la ciudad libre de obstáculos visuales.
Este primer movimiento de separación confiere al volumen principal del hotel una forma rotunda y potente. El volumen triangular con los vértices redondeados y un gran patio o jardín en su interior. Tres fachadas para tres paisajes; el centro histórico de Tallin, el monumento Lina Hall y por último las imponentes vistas del mar Báltico.
Este objeto bello y rotundo, al fin y al cabo, sintetiza con su forma la importancia de su posición en la ciudad creando además una estructura de hotel que minimiza los recorridos y maximiza el aprovechamiento de los recursos humanos y energéticos.