Ingolstadt

El proyecto se articula a través de la superposición de dos sistemas: una base horizontal de cinco plantas destinada a oficinas en alquiler, y una torre vertical que alberga la sede de Volksbank Raiffeisenbank. Esta dualidad tipológica se manifiesta como una composición escalonada y expresiva, que resuelve con naturalidad las exigencias funcionales y construye, al mismo tiempo, un nuevo hito urbano para la ciudad de Ingolstadt.

Desde su implantación, el edificio busca diálogo con las tensiones del lugar. El basamento se alinea con la escala de la Arena Saturno y los volúmenes próximos, mientras que la torre se adelgaza en su remate y gira levemente para proyectar su presencia hacia el casco histórico. Este gesto no es gratuito: recoge y reinterpreta la geometría de las fortificaciones históricas de la ciudad, integrando la memoria de sus murallas en una silueta contemporánea.

El acceso se produce a través de una gran explanada arbolada, que funciona como antesala pública del edificio. Desde allí se accede a un atrio central de cinco alturas que organiza circulaciones, distribuye los vestíbulos de ambas tipologías y actúa como pulmón representativo del conjunto. A lo largo del edificio, varias terrazas —gastronómica, de descanso, deportiva o de eventos— enriquecen el programa, introduciendo espacios intermedios que prolongan la experiencia arquitectónica hacia el exterior.

La materialidad combina ligereza y solidez: una fachada de aluminio con lamas y vidrios de alta eficiencia controla la radiación solar y mitiga el ruido del entorno. En las cubiertas, sistemas fotovoltaicos y vegetación extensiva refuerzan la apuesta medioambiental del proyecto, que se completa con estrategias pasivas de ventilación y control climático.

Más allá de su condición funcional, la torre asume un papel simbólico. Su geometría facetada remite a los trazados defensivos de Ingolstadt, incorporando en su lógica compositiva un relato de identidad y pertenencia. Es una arquitectura que se enraíza en lo local, sin renunciar a una ambición proyectual que mira hacia adelante.

Con un diseño que estructura, conecta y representa, el edificio se convierte en una infraestructura viva para el trabajo contemporáneo: adaptable, sostenible y profundamente vinculada a la historia de la ciudad.