El proyecto plantea una un bloque de manzana tres y cuatro alturas perforado por dos patios de 4,52×5,40 metros cada uno. Estos patios son los elementos fundamentales que posibilitan una de las premisas que nos impusimos como inamovibles, que todas las estancias iluminaran y ventilaran de forma natural y posibilitar la ventilación cruzada en todas las viviendas. Estos patios además se aprovechan para ventilar e iluminar las zonas comunes que son las de repercusión mínima habiendo conseguido cuatro viviendas por planta con una solo núcleo de comunicaciones vertical (ascensor+escaleras) para todo el edificio.
La fachada, de cerámica blanca, se caracteriza por su limpieza, su comportamiento térmico y sus bajos requisitos de mantenimiento. La fachada principal se compone de “huecos balconeros” todos iguales que iluminan las estancias en fachada. Los cuartos principales con un hueco y los salones con dos. El hueco se ha diseñado “abocinado” hacia el sur para mejorar la orientación que es sur este a una orientación sur más pura. Cada hueco es un pequeño balcón (en las plantas intermedias). De alguna manera esta forma de componer la fachada y la calle trata de reconciliar una arquitectura que es eminentemente contemporánea con ciertas tradiciones tipológicas y constrictivas que tienen que ver con el balcón, la ventana tronera o el muro de carga.